Pareciera que en toda economía subdesarrollada luego de varios años de consecutivo crecimiento, nace el fenómeno inflacionario. ¿Es esto la norma general? ¿O más bien son excepciones a la regla? ¿Está sucediendo esto actualmente en la Argentina? ¿Cuáles son las responsabilidades del Gobierno?Siguiendo las estadísticas del INDEC, existe una baja inflación anual, pero en fin acumulativa (desde el año 2001 hasta la actualidad hubo un aumento del 109% de los precios, siguiendo como indicador el IPC). La percepción y la realidad cotidiana, señala que la inflación es mucho mayor. Esto no lo digo yo, sino que se puede percibir diariamente en las noticias de constantes aumentos de los diversos bienes y servicios, como ejemplos: transporte, alimentos (verduras, frutas, lácteos, panificados), prepagas, expensas, artículos de limpieza, escolares, seguros. También, el aumento considerable de los impuestos en muchas ciudades. Los municipios alegan aumento de costos de insumos. Existen incrementos que llegan hasta el 200% en algunos.
No por eso también, es considerable el incremento de salarios de diversas ramas, que siempre se trasladan a precios (el empresario casi nunca prefiere disminuir su rentabilidad).
No por eso también, es considerable el incremento de salarios de diversas ramas, que siempre se trasladan a precios (el empresario casi nunca prefiere disminuir su rentabilidad).
¿A que se debe todo esto?
1) Cuestiones de expansión de la demanda agregada, con una oferta llegando al pleno empleo. La falta de inversiones en años anteriores está generando sus consecuencias. La capacidad ociosa que dejó la crisis del año 2002 se acabó.
2) Políticas Fiscales. El aumento del Gasto Público a mediados del año pasado por motivos electorales y la no desaceleración actual del mismo, es uno de los motivos fundamentales.
3) Política Monetaria. La expansión de la base monetaria a partir de la emisión de pesos por parte del Banco Central de la República Argentina (BCRA) para comprar dólares (con la consecuente acumulación de reservas) con el fin de mantener la política implementada desde hace varios años de un tipo de cambio nominal alto (competitivo) respecto al dólar. Aunque luego el BCRA efectúa políticas de esterilización mediante la colocación de títulos NOBACs y LEBACs (con el agravante del incremento del costo financiero y de los pasivos del BCRA), pareciera que no son suficientes para reducir la base monetaria, y por consiguiente, la oferta monetaria.
4) Política Cambiaria. A partir de la crisis de EEUU con la posible entrada a una recesión económica, el dólar sigue en su camino de depreciación. Nuestra política cambiaria sigue siendo tener un tipo de cambio Fijo de U$S 1 = 3.13-3.16(antes en la convertibilidad era de U$S1=$1). Nuestro sistema aunque sea flexible en los papeles, no lo es en realidad porque el BCRA interviene en el Mercado de Cambios, por lo que es un sistema de flotación sucia, con un claro objetivo: mantener el valor en la franja de los tres pesos. Es momento de dejar apreciar el peso. No se puede mantener una competitividad únicamente por tipo de cambio nominal por tanto tiempo. Esta política cambiaria genera inflación. Y tiene que quedar claro. El tipo de cambio real sigue en descenso, es decir, sigue apreciándose, por el aumento de los precios internos, por lo que desconozco hasta cuanto será ventajosa esta política para las exportaciones en los próximos años.
5) Control de Precios (O política de Rentas): El control de la rentabilidad, de los precios, de salarios, a cada uno de los sectores económicos nunca fueron eficaces en el mediano plazo. Los mismos se iniciaron en el año 2004. Estamos actualmente en el año 2008, y vemos que los posibles beneficios a corto plazo, se están extinguiendo. Desestimula la inversión, crea escasez y mercado negro, distorsiona los precios relativos, interfiere en las decisiones privadas de los empresarios. Es imposible en el siglo XXI tener la idea de poder llevar a cabo un sistema de planificación colectiva. Podrán decir que exagero, y puede ser que sí, pero para los empresarios, el entrometerse en sus decisiones de producción, venta, precios, rentabilidad, costos y salarios, puede ser muy grave. No considero que los empresarios tengan una seria responsabilidad social, pero existen otras herramientas que se pueden utilizar y conducir a la economía a la eficiencia y a la mejor distribución del ingreso. El acuerdo o el control de precios simplemente no son útiles.
6) Aumento del Consumo. Mediante aumentos de la base imponible del Impuesto a las Ganancias y la recuperación de los salarios, existe un impulso fuerte al consumo, que estimula la demanda agregada y por consiguiente, los precios. Esto no sería grave siempre que exista una política de inversiones productivas que pueda acompañar dicho crecimiento de la demanda.
7) Cultural-Sociológica: Es muy preocupante históricamente la influencia que ejerce la sociología en materia inflacionaria particularmente en nuestro país. El empresario nunca resignará ganancias y el trabajador no se preocupará por aumentar su productividad. Esto es lo que genera la espiral salarios-precios. El trabajador exige aumentos constantes de salarios (en muchas ocasiones justos, pero en otras no correspondientes a la productividad); el empresario alega que siempre los incrementos de salarios representan aumentos en los costos no correspondidos con los ingresos que podría generar el aumento de la producción resultante por el trabajador mejor pago, en pocas palabras, salarios no correspondidos con la productividad. Y es por esta razón, que todo incremento salarial es transferido al consumidor (el mismo trabajador) vía precios. El resultado, un salario constante en términos reales (o a veces, menor), por lo que motiva que los gremios vuelvan a iniciar reclamos salariales, generando esto una rueda muy peligrosa de parar. Un círculo vicioso de terribles consecuencias económicas.
Además, las expectativas juegan un fuerte rol en la determinación de la inflación. La teoría de la profecía autocumplida se cumple generalmente en nuestra sociedad argentina. Hay inflación hoy, todos pensamos que la inflación esperada será mayor el próximo mes, se suben los precios, se ajustan contratos, se aumentan salarios, y, luego, cuando llega el mes esperado la inflación real de dicho mes hubiese sido menor a la que se esperaba, pero, como los precios son rígidos a la baja, la inflación resultante termina siendo más alta a la que hubiese existido, y así sucesivamente.
Otrosí sin estadísticas oficiales serias o confiables, imagínese cuanto más grande es la influencia.
8) El incremento de las exportaciones de bienes y servicios, particularmente del turismo (en menor medida) y de las asimetrías de precios y tipo de cambio respecto a ciudades fronterizas, también genera inflación; particularmente porque está mal visto que los empresarios en algunas ramas o sectores económicos, realicen discriminación de precios. Yo no hago un juicio de valor negativo respecto a la integración, porque en otros tiempos era al revés la cuestión. Solamente señalo que el incremento de la demanda agregada, sea vía aumento del consumo, del gasto público, o de las exportaciones, con una oferta agregada rígida, generará una tensión alcista en los precios.
9) La participación de insumos importados en las industrias argentinas también debe considerarse, pues, es ante aumentos de la Demanda Agregada interna o nacional, el posterior aumento de la demanda de insumos por parte de las empresas, con el actual tipo de cambio de dólar caro, incrementa el costo y, por ende, se traslada vía precios.
10) La inflación de costos. Estos se incrementaron por el aumento del petróleo y de los commodities y, de los salarios no acompañado con aumentos de la productividad.
En mi opinión el crecimiento económico puede ir acompañado con una leve inflacion anual (no mayor al 5-6%), pero cuando sobrepasa ese nivel (actualmente ronda el 23%) comienza a ser un grave problema con las consecuencias que ya todos conocemos
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