Premio Nobel en Economía 2014: PhD.
Jean Tirole.
Traducción al español del
documento :“The Prize in EconomicSciences 2014 Popular Science Background”. Science Editors: Torsten Persson andTore Ellingsen, The Committee for the Prize in Economic Sciences in Memory ofAlfred Nobel
Por Dr. Dario
Ezequiel Díaz
El Poder de Mercado y la Regulación
Jean Tirole es uno de los economistas más influyentes de nuestro tiempo.
Él ha contribuido en investigaciones teóricas muy importantes en diversas
áreas, pero la mayoría de ellas han sido útiles para clarificar y comprender a las
industrias reguladas con pocas empresas poderosas. Tirole es galardonado con el
premio Nobel de Economía en este año por su análisis del poder de mercado y la
regulación.
La regulación es difícil
Una pregunta muy relevante es:
¿Qué actividades deben llevarse a cabo por las empresas públicas y cuáles por
las empresas privadas? Muchos gobiernos “han abierto” los monopolios públicos a
actores privados. Esto se ha aplicado no sólo a industrias como los
ferrocarriles, carreteras, agua, correos y telecomunicaciones, sino incluso en
los servicios de salud y educación. Las experiencias resultantes de estas
privatizaciones han sido variadas y con frecuencia más difícil de anticipar
cómo se comportarían de manera deseada las empresas privadas.
Existen dos dificultades
principales. En primer lugar, muchos mercados están dominados por unas pocas
empresas que tienen influencia en los precios, volúmenes y calidad. La teoría
económica tradicional no se ocupa de este caso, conocido como “oligopolio”,
sino que presupone un monopolio o bien, la competencia perfecta. La segunda
dificultad es que la autoridad reguladora carece de información sobre los
costos de las empresas y la calidad de los bienes y servicios que las mismas
ofrecen. Esta falta de conocimiento proporciona a menudo que las empresas
reguladas cuenten con una ventaja natural.
Antes de Tirole
En la década de los ochenta,
antes que Tirole publique su primera obra, la investigación sobre regulación
era relativamente escasa, abordando en su mayoría temas relacionados a cómo el
gobierno podía intervenir y controlar los precios en los dos extremos: el
monopolio y la competencia perfecta.
En aquellos años, los
investigadores buscaban principios generales que se puedan aplicar a todos los
sectores. Ellos defendían reglas simples para las políticas de regulación, tales
como precios máximos para monopolistas y la prohibición de la cooperación entre
competidores en el mismo mercado, pero permitiéndola entre empresas de la misma
cadena de valor.
La investigación de Tirole
demuestra que esas reglas funcionan bien en algunas condiciones, pero que
perjudican bajo otras. Los precios máximos pueden ofrecer a las empresas
dominantes motivos fuertes para reducir costos (algo bueno para la sociedad),
pero también ganancias excesivas (algo malo para la sociedad). La cooperación
para la fijación de precios en un mercado suele ser perjudicial, pero la
cooperación en materia de patentes, puede beneficiar a todos. La fusión de una
empresa con su proveedor puede conducir a la innovación rápidamente, pero
también a distorsionar la competencia. Para llegar a estos resultados, se
necesitaba una nueva teoría de los mercados oligopólicos, puesto que ni
siquiera una extensa privatización crea un espacio lo suficientemente superior
que un número escaso de empresas. También había una necesidad de una nueva
teoría de la regulación en situaciones de información asimétrica, porque los
reguladores a menudo tienen un escaso conocimiento de las condiciones de las
empresas.
Nuevos instrumentos teóricos
La investigación de Tirole vendría
a construir nuevos métodos científicos, particularmente en la teoría de juegos
y en la teoría de contratos. Había grandes esperanzas de que estos métodos
podrían contribuir a la política práctica. La teoría de juegos podría ayudar al
estudio sistemático de cómo las empresas reaccionan a diferentes condiciones y
al comportamiento de la otra. El siguiente paso sería la de proponer una
regulación adecuada sobre la base de la nueva teoría de los contratos de
incentivos entre las partes con diferentes grados de información. Sin embargo,
a pesar de que muchas personas vislumbraron las preguntas a responder, pocas
las pudieron resolver.
Jean Tirole comenzó su
investigación sobre regulación y oligopolio en la década de 1980. Él ya se
había recibido en Ingeniería en la École
Polytechnique y en la École Nationale
des Ponts et Chaus-sées en París, y en matemáticas en la Université Paris-Dauphine. En 1981,
terminó su doctorado en economía en el Massachusetts Institute of Technology in
Cambridge. Las nuevas herramientas de la teoría económica y una visión profunda
de las condiciones de producción de una serie de industrias reguladas dieron a
Tirole una base muy buena en cómo renovar y profundizar el análisis de la
regulación y el poder de mercado.
Los problemas de información del regulador
En 1986, Tirole y su colega
fallecido Jean-Jacques Laffont hicieron una importante contribución a la teoría
de la regulación. Demostraron como un conjunto “inteligente” de contratos de
producción pueden eludir el problema de la información asimétrica en un mercado
donde la autoridad reguladora carece del conocimiento completo de los costos
del monopolio y de las técnicas de elección de producción.
El problema central consiste en
proporcionar una compensación que sea lo suficientemente alta para que la
producción sea razonable, sin utilizar el dinero de los impuestos para los
beneficios innecesariamente altos. Laffont y Tirole demostraron cómo la
autoridad reguladora puede resolver este dilema. El resultado elegante es de
que la autoridad puede compensar su carencia de información sobre las
condiciones de la empresa mediante la elección de un menú de contratos
ingeniosamente construidos. Independientemente del tipo de productor, él elegirá
el tipo de contrato correcto por interés propio. Un productor con altos costos
que son difíciles de influir elegirá un contrato con una compensación
relativamente alta para sus costos, y por lo tanto tendrán poca motivación para
reducirlos. Un productor que tiene mayores oportunidades de reducir sus
costos elegirá un contrato con
relativamente baja compensación de sus costos, pero con un precio más alto para
los servicios que él produce, y por lo tanto un incentivo fuerte para reducir
los costos. Un único contrato que logre un compromiso entre estos aspectos
resultaría innecesariamente en grandes beneficios si es fácil para la empresa
reducir sus costos.
Durante los años 1980 y 1990,
Laffont y Tirole aplicaron su teoría a una serie de cuestiones. Las mismas
están resumidas en un libro de contratación y regulación pública, publicado en
1993, que ha influido fuertemente en la regulación práctica. Los resultados
teóricos de cómo podrían funcionar los
diferentes tipos de regulación han recibido apoyo convincente en los estudios
empíricos de las industrias individuales.
La dinámica de la regulación
En muchas ocasiones, las
preguntas surgen respecto a cuál es el momento adecuado para la regulación: ¿en
qué período se debería diseñar el primer conjunto de regulaciones, y cómo se
debería revisar y renovar? Laffont y Tirole analizaron estas cuestiones en dos
artículos significativos entre 1988 y 1990, basados en el trabajo realizado por
Freixas, Laffont y Tirole en 1985.
Supone que el regulador y el
productor no pueden firmar un contrato a largo plazo, pero sí una serie de
contratos a corto plazo. Esto significa que las acciones actuales del productor
pueden afectar a su futura regulación. Si un productor de “bajo costo” trabaja
fuertemente y por lo tanto logra grandes ganancias durante el primer periodo
del contrato, la autoridad reguladora podrá ajustar las demandas del próximo
contrato con el fin de reducir el potencial de ganancias. El riesgo es que el
productor predice este efecto de ajuste y por lo tanto trabaja con menos
esfuerzo, perjudicando el negocio. Si la autoridad no puede establecer
contratos a largo plazo, es imposible conseguir que el productor escoja el
esfuerzo apropiado a un costo razonable, y por lo tanto que revele
indirectamente sus condiciones de costos. En lugar de ello, la autoridad debe
optar por utilizar incentivos más débiles y gradualmente aprender estas
condiciones. Esto sucederá rápidamente si el negocio es complejo y poco
rentable, y más lentamente si es más simple y más rentable.
La independencia del regulador
En la mayoría de los países, el
marco regulatorio se decidió por primera vez en el nivel más alto (el gobierno)
y luego, una autoridad pública de menor nivel se encargó de diseñar en términos
más precisos la regulación. En 1986, Tirole había analizado el sistema de
recompensa óptima en una relación jerárquica similar, estudiando un caso más
generan con un principal (propietario), un supervisor (capataz) y un agente (el
trabajador).
El problema principal es que la
autoridad y la empresa tienen más información sobre el negocio que el gobierno.
Un marco regulatorio inadecuado o mal diseñado implica un riesgo de que ambos
coludan para ocultar esta información, en beneficio de la empresa. En 1991,
Laffont y Tirole examinaron cómo la regulación debe ser diseñada para minimizar
este riesgo. El principal resultado de su análisis es que el gobierno debe
establecer un marco que explícitamente exponga el riesgo del regulador de
ocultar información y actuar en convivencia con la empresa regulada. Incluso
con un marco bien diseñado, un regulador a veces parece ser un defensor de la
empresa, aunque no exista sobornos ni un rol activo en la retención u
ocultamiento de la información.
Competencia e inversiones estratégicas
No sólo los monopolios requieren
regulación, sino también los mercados oligopólicos. Tirole ha proporcionado una
serie de importantes contribuciones a las teorías de la ley de competencia,
tales como los análisis de los efectos competitivos de las patentes, los
avances técnicos y las inversiones estratégicas.
Las patentes pueden proporcionar
a las empresas una ventaja estratégica. En 1983 Tirole, trabajando junto a Drew
Fudenberg, Richard Gilbert y Joseph Stiglitz, analizó las condiciones para las “carreras
de patentes” entre las empresas. Predijeron intensas carreras en áreas en las
que varias empresas están más o menos al mismo nivel, pero muy bajos niveles de
inversión en investigación y desarrollo, cuando una de las empresas se
encuentra por delante.
En un artículo de 1984, Fudenberg
y Tirole utilizan la teoría de juegos para analizar cómo una empresa puede
influir en sus competidores de manera estratégica. Una inversión estratégica
tiene efectos a largo plazo sobre la rentabilidad de la empresa. Una cuestión
vital es si las inversiones hacen a la empresa más (o menos) agresiva en la
competencia futura. Un ejemplo es una inversión que reduce los costos
marginales de la empresa. La siguiente cuestión es la forma en que las empresas
competidoras consiguen mejores contratos con este tipo de competencia. En
algunos mercados, las inversiones agresivas traerán recompensas, ya que los
competidores se abstendrán de cuotas de mercado. Es necesario comprender las
condiciones particulares de una industria específica para determinar qué tipo
de estrategia es más rentable para las empresas de este sector. Estos son datos
importantes para los profesionales y las autoridades de la competencia. Los
profesionales pueden cometer errores si acríticamente tratan de transferir las
lecciones aprendidas en un mercado a otro, y las autoridades pueden cometer
errores si regulan las empresas sin tener en cuenta condiciones específicas del
mercado.
Competencia en mercados específicos
No hay soluciones simples ni estándares
para la regulación y la política de competencia. Las más adecuadas varían de un
mercado a otro. Jean Tirole ha estudiado también las condiciones de los
mercados específicos, y ha contribuido a nuevas perspectivas teóricas.
Tradicionalmente, los precios subvalorados (por debajo de sus costos) ha sido
disciplinado en materia de competencia, ya que la fijación de precios por
debajo del costo de producción es una manera de deshacerse de los competidores.
Sin embargo, esto no es necesariamente cierto en todos los mercados. Tenga en
cuenta el mercado de la prensa y la comunicación, por ejemplo, donde ofreciendo
artículos gratuitos y libres, puede ser una manera de atraer a los lectores y
por lo tanto nuevos anunciantes para cubrir las pérdidas debidas a la
producción y distribución. En este caso, es dudoso que la subvaloración debería
ser prohibido. Junto con Jean-Charles Rochet, Tirole ha aumentado nuestra
comprensión de estos mercados donde existe un fuerte vínculo entre los
jugadores, tales como lectores y anunciantes en el caso de los periódicos.
Otros ejemplos de plataformas similares son las tarjetas de crédito / débito, los
motores de búsqueda, y los medios de comunicación social.
Competencia y restricciones verticales
¿Qué sucede cuando alguien tiene
un monopolio en un área que es un eslabón importante en la cadena de
producción? Este problema clásico es ilustrado por un fenómeno moderno: el
software o sistema operativo de una empresa en particular, que se convierte en
dominante en su área. Anteriormente, se creía que este tipo de empresas pueden
también obtener beneficios de monopolio en su propia área, pero que la
competencia no les permite beneficiarse de su posición en el siguiente eslabón
de la cadena de producción.
En dos estudios - uno con Patrick
Rey en 1986, uno con Oliver Hart en 1990 - Tirole ha demostrado que esta
creencia no está justificada; el dominio de un eslabón de una cadena puede
permitir que un monopolista obtenga beneficios en el mercado del próximo eslabón.
En realidad, es a menudo mediante la distorsión de la competencia en un mercado
vecino en el cual el monopolista es capaz de obtener un beneficio. Un ejemplo
es el productor de una innovación patentada que reduzca costos. Si las empresas
que son potenciales compradoras de esta innovación operan en un mercado con una
fuerte competencia, el productor va a tener dificultades para ganar mucho
dinero si vende a todas las empresas a la vez; la competencia en el mercado
produce beneficios bajos, incluso después de la reducción de los costos, por lo
que el productor debe mantener un precio bajo. Sin embargo, si la innovación se
vende a una sola empresa, esta empresa genera alta rentabilidad, ya que se
vuelve más eficiente que sus competidores. El productor puede entonces fijar su
precio considerablemente más alto. Sin embargo, no está nada claro que el
productor se comprometa a vender a una sola empresa. Una vez que la venta ha
tenido lugar, vale la pena que el productor venda a las empresas adicionales,
pero si el primer cliente se da cuenta de este riesgo, su disposición a pagar
significativamente disminuye. Por tanto, el productor debe prometer no hacer
más ventas. Para que esta promesa sea creíble, es necesario o bien firmar algún
tipo de contrato de exclusividad o realmente fusionar las dos empresas. Por lo
tanto, la ley de competencia tiene que sopesar estas dos consideraciones contra
la otra: por un lado, los contratos verticales pueden limitar la competencia,
pero, por otro lado, fomentar la innovación. Este tipo de razonamiento ha
proporcionado una nueva y sólida base para la legislación y el uso legal en
materia de contratos verticales y fusiones.
Por lo tanto, este es un ejemplo
más de la misma resultado general: las políticas de competencia deseables
varían según el mercado.
Libros
·
Dewatripont,
M., Rochet, J. and Tirole, J. (2010) Balancing the Banks: Global Lessons from
the
·
Financial
Crisis, Princeton University Press
·
Laffont,
J-J. and Tirole, J. (1999) Competition in Telecommunications, MIT Press
·
Laffont,
J-J. and Tirole, J. (1993) A Theory of Incentives in Procurement and
Regulation, MIT Press
·
Tirole,
J. (1988) The Theory of Industrial Organization, MIT Press
Lecturas
·
Tirole,
J. (2013) Two-sided markets, www.ut-capitole.ubicast.tv/videos/jean-tirole-two-sided-markets-
feb-26-2013-part-1/