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lunes, 13 de octubre de 2014

Premio Nobel en Economía 2014:  PhD. Jean Tirole.




 Por Dr. Dario Ezequiel Díaz

El Poder de Mercado y la Regulación
Jean Tirole es uno de los economistas más influyentes de nuestro tiempo. Él ha contribuido en investigaciones teóricas muy importantes en diversas áreas, pero la mayoría de ellas han sido útiles para clarificar y comprender a las industrias reguladas con pocas empresas poderosas. Tirole es galardonado con el premio Nobel de Economía en este año por su análisis del poder de mercado y la regulación.
La regulación es difícil
Una pregunta muy relevante es: ¿Qué actividades deben llevarse a cabo por las empresas públicas y cuáles por las empresas privadas? Muchos gobiernos “han abierto” los monopolios públicos a actores privados. Esto se ha aplicado no sólo a industrias como los ferrocarriles, carreteras, agua, correos y telecomunicaciones, sino incluso en los servicios de salud y educación. Las experiencias resultantes de estas privatizaciones han sido variadas y con frecuencia más difícil de anticipar cómo se comportarían de manera deseada las empresas privadas.
Existen dos dificultades principales. En primer lugar, muchos mercados están dominados por unas pocas empresas que tienen influencia en los precios, volúmenes y calidad. La teoría económica tradicional no se ocupa de este caso, conocido como “oligopolio”, sino que presupone un monopolio o bien, la competencia perfecta. La segunda dificultad es que la autoridad reguladora carece de información sobre los costos de las empresas y la calidad de los bienes y servicios que las mismas ofrecen. Esta falta de conocimiento proporciona a menudo que las empresas reguladas cuenten con una ventaja natural.
Antes de Tirole
En la década de los ochenta, antes que Tirole publique su primera obra, la investigación sobre regulación era relativamente escasa, abordando en su mayoría temas relacionados a cómo el gobierno podía intervenir y controlar los precios en los dos extremos: el monopolio y la competencia perfecta.
En aquellos años, los investigadores buscaban principios generales que se puedan aplicar a todos los sectores. Ellos defendían reglas simples para las políticas de regulación, tales como precios máximos para monopolistas y la prohibición de la cooperación entre competidores en el mismo mercado, pero permitiéndola entre empresas de la misma cadena de valor.
La investigación de Tirole demuestra que esas reglas funcionan bien en algunas condiciones, pero que perjudican bajo otras. Los precios máximos pueden ofrecer a las empresas dominantes motivos fuertes para reducir costos (algo bueno para la sociedad), pero también ganancias excesivas (algo malo para la sociedad). La cooperación para la fijación de precios en un mercado suele ser perjudicial, pero la cooperación en materia de patentes, puede beneficiar a todos. La fusión de una empresa con su proveedor puede conducir a la innovación rápidamente, pero también a distorsionar la competencia. Para llegar a estos resultados, se necesitaba una nueva teoría de los mercados oligopólicos, puesto que ni siquiera una extensa privatización crea un espacio lo suficientemente superior que un número escaso de empresas. También había una necesidad de una nueva teoría de la regulación en situaciones de información asimétrica, porque los reguladores a menudo tienen un escaso conocimiento de las condiciones de las empresas.
Nuevos instrumentos teóricos
La investigación de Tirole vendría a construir nuevos métodos científicos, particularmente en la teoría de juegos y en la teoría de contratos. Había grandes esperanzas de que estos métodos podrían contribuir a la política práctica. La teoría de juegos podría ayudar al estudio sistemático de cómo las empresas reaccionan a diferentes condiciones y al comportamiento de la otra. El siguiente paso sería la de proponer una regulación adecuada sobre la base de la nueva teoría de los contratos de incentivos entre las partes con diferentes grados de información. Sin embargo, a pesar de que muchas personas vislumbraron las preguntas a responder, pocas las pudieron resolver.
Jean Tirole comenzó su investigación sobre regulación y oligopolio en la década de 1980. Él ya se había recibido en Ingeniería en la École Polytechnique y en la École Nationale des Ponts et Chaus-sées en París, y en matemáticas en la Université Paris-Dauphine. En 1981, terminó su doctorado en economía en el Massachusetts Institute of Technology in Cambridge. Las nuevas herramientas de la teoría económica y una visión profunda de las condiciones de producción de una serie de industrias reguladas dieron a Tirole una base muy buena en cómo renovar y profundizar el análisis de la regulación y el poder de mercado.
Los problemas de información del regulador
En 1986, Tirole y su colega fallecido Jean-Jacques Laffont hicieron una importante contribución a la teoría de la regulación. Demostraron como un conjunto “inteligente” de contratos de producción pueden eludir el problema de la información asimétrica en un mercado donde la autoridad reguladora carece del conocimiento completo de los costos del monopolio y de las técnicas de elección de producción.
El problema central consiste en proporcionar una compensación que sea lo suficientemente alta para que la producción sea razonable, sin utilizar el dinero de los impuestos para los beneficios innecesariamente altos. Laffont y Tirole demostraron cómo la autoridad reguladora puede resolver este dilema. El resultado elegante es de que la autoridad puede compensar su carencia de información sobre las condiciones de la empresa mediante la elección de un menú de contratos ingeniosamente construidos. Independientemente del tipo de productor, él elegirá el tipo de contrato correcto por interés propio. Un productor con altos costos que son difíciles de influir elegirá un contrato con una compensación relativamente alta para sus costos, y por lo tanto tendrán poca motivación para reducirlos. Un productor que tiene mayores oportunidades de reducir sus costos  elegirá un contrato con relativamente baja compensación de sus costos, pero con un precio más alto para los servicios que él produce, y por lo tanto un incentivo fuerte para reducir los costos. Un único contrato que logre un compromiso entre estos aspectos resultaría innecesariamente en grandes beneficios si es fácil para la empresa reducir sus costos.
Durante los años 1980 y 1990, Laffont y Tirole aplicaron su teoría a una serie de cuestiones. Las mismas están resumidas en un libro de contratación y regulación pública, publicado en 1993, que ha influido fuertemente en la regulación práctica. Los resultados teóricos  de cómo podrían funcionar los diferentes tipos de regulación han recibido apoyo convincente en los estudios empíricos de las industrias individuales.
La dinámica de la regulación
En muchas ocasiones, las preguntas surgen respecto a cuál es el momento adecuado para la regulación: ¿en qué período se debería diseñar el primer conjunto de regulaciones, y cómo se debería revisar y renovar? Laffont y Tirole analizaron estas cuestiones en dos artículos significativos entre 1988 y 1990, basados en el trabajo realizado por Freixas, Laffont y Tirole en 1985.
Supone que el regulador y el productor no pueden firmar un contrato a largo plazo, pero sí una serie de contratos a corto plazo. Esto significa que las acciones actuales del productor pueden afectar a su futura regulación. Si un productor de “bajo costo” trabaja fuertemente y por lo tanto logra grandes ganancias durante el primer periodo del contrato, la autoridad reguladora podrá ajustar las demandas del próximo contrato con el fin de reducir el potencial de ganancias. El riesgo es que el productor predice este efecto de ajuste y por lo tanto trabaja con menos esfuerzo, perjudicando el negocio. Si la autoridad no puede establecer contratos a largo plazo, es imposible conseguir que el productor escoja el esfuerzo apropiado a un costo razonable, y por lo tanto que revele indirectamente sus condiciones de costos. En lugar de ello, la autoridad debe optar por utilizar incentivos más débiles y gradualmente aprender estas condiciones. Esto sucederá rápidamente si el negocio es complejo y poco rentable, y más lentamente si es más simple y más rentable.
La independencia del regulador
En la mayoría de los países, el marco regulatorio se decidió por primera vez en el nivel más alto (el gobierno) y luego, una autoridad pública de menor nivel se encargó de diseñar en términos más precisos la regulación. En 1986, Tirole había analizado el sistema de recompensa óptima en una relación jerárquica similar, estudiando un caso más generan con un principal (propietario), un supervisor (capataz) y un agente (el trabajador).
El problema principal es que la autoridad y la empresa tienen más información sobre el negocio que el gobierno. Un marco regulatorio inadecuado o mal diseñado implica un riesgo de que ambos coludan para ocultar esta información, en beneficio de la empresa. En 1991, Laffont y Tirole examinaron cómo la regulación debe ser diseñada para minimizar este riesgo. El principal resultado de su análisis es que el gobierno debe establecer un marco que explícitamente exponga el riesgo del regulador de ocultar información y actuar en convivencia con la empresa regulada. Incluso con un marco bien diseñado, un regulador a veces parece ser un defensor de la empresa, aunque no exista sobornos ni un rol activo en la retención u ocultamiento de la información.
Competencia e inversiones estratégicas
No sólo los monopolios requieren regulación, sino también los mercados oligopólicos. Tirole ha proporcionado una serie de importantes contribuciones a las teorías de la ley de competencia, tales como los análisis de los efectos competitivos de las patentes, los avances técnicos y las inversiones estratégicas.
Las patentes pueden proporcionar a las empresas una ventaja estratégica. En 1983 Tirole, trabajando junto a Drew Fudenberg, Richard Gilbert y Joseph Stiglitz, analizó las condiciones para las “carreras de patentes” entre las empresas. Predijeron intensas carreras en áreas en las que varias empresas están más o menos al mismo nivel, pero muy bajos niveles de inversión en investigación y desarrollo, cuando una de las empresas se encuentra por delante.  
En un artículo de 1984, Fudenberg y Tirole utilizan la teoría de juegos para analizar cómo una empresa puede influir en sus competidores de manera estratégica. Una inversión estratégica tiene efectos a largo plazo sobre la rentabilidad de la empresa. Una cuestión vital es si las inversiones hacen a la empresa más (o menos) agresiva en la competencia futura. Un ejemplo es una inversión que reduce los costos marginales de la empresa. La siguiente cuestión es la forma en que las empresas competidoras consiguen mejores contratos con este tipo de competencia. En algunos mercados, las inversiones agresivas traerán recompensas, ya que los competidores se abstendrán de cuotas de mercado. Es necesario comprender las condiciones particulares de una industria específica para determinar qué tipo de estrategia es más rentable para las empresas de este sector. Estos son datos importantes para los profesionales y las autoridades de la competencia. Los profesionales pueden cometer errores si acríticamente tratan de transferir las lecciones aprendidas en un mercado a otro, y las autoridades pueden cometer errores si regulan las empresas sin tener en cuenta condiciones específicas del mercado.
Competencia en mercados específicos
No hay soluciones simples ni estándares para la regulación y la política de competencia. Las más adecuadas varían de un mercado a otro. Jean Tirole ha estudiado también las condiciones de los mercados específicos, y ha contribuido a nuevas perspectivas teóricas. Tradicionalmente, los precios subvalorados (por debajo de sus costos) ha sido disciplinado en materia de competencia, ya que la fijación de precios por debajo del costo de producción es una manera de deshacerse de los competidores. Sin embargo, esto no es necesariamente cierto en todos los mercados. Tenga en cuenta el mercado de la prensa y la comunicación, por ejemplo, donde ofreciendo artículos gratuitos y libres, puede ser una manera de atraer a los lectores y por lo tanto nuevos anunciantes para cubrir las pérdidas debidas a la producción y distribución. En este caso, es dudoso que la subvaloración debería ser prohibido. Junto con Jean-Charles Rochet, Tirole ha aumentado nuestra comprensión de estos mercados donde existe un fuerte vínculo entre los jugadores, tales como lectores y anunciantes en el caso de los periódicos. Otros ejemplos de plataformas similares son las tarjetas de crédito / débito, los motores de búsqueda, y los medios de comunicación social.
Competencia y restricciones verticales
¿Qué sucede cuando alguien tiene un monopolio en un área que es un eslabón importante en la cadena de producción? Este problema clásico es ilustrado por un fenómeno moderno: el software o sistema operativo de una empresa en particular, que se convierte en dominante en su área. Anteriormente, se creía que este tipo de empresas pueden también obtener beneficios de monopolio en su propia área, pero que la competencia no les permite beneficiarse de su posición en el siguiente eslabón de la cadena de producción.
En dos estudios - uno con Patrick Rey en 1986, uno con Oliver Hart en 1990 - Tirole ha demostrado que esta creencia no está justificada; el dominio de un eslabón de una cadena puede permitir que un monopolista obtenga beneficios en el mercado del próximo eslabón. En realidad, es a menudo mediante la distorsión de la competencia en un mercado vecino en el cual el monopolista es capaz de obtener un beneficio. Un ejemplo es el productor de una innovación patentada que reduzca costos. Si las empresas que son potenciales compradoras de esta innovación operan en un mercado con una fuerte competencia, el productor va a tener dificultades para ganar mucho dinero si vende a todas las empresas a la vez; la competencia en el mercado produce beneficios bajos, incluso después de la reducción de los costos, por lo que el productor debe mantener un precio bajo. Sin embargo, si la innovación se vende a una sola empresa, esta empresa genera alta rentabilidad, ya que se vuelve más eficiente que sus competidores. El productor puede entonces fijar su precio considerablemente más alto. Sin embargo, no está nada claro que el productor se comprometa a vender a una sola empresa. Una vez que la venta ha tenido lugar, vale la pena que el productor venda a las empresas adicionales, pero si el primer cliente se da cuenta de este riesgo, su disposición a pagar significativamente disminuye. Por tanto, el productor debe prometer no hacer más ventas. Para que esta promesa sea creíble, es necesario o bien firmar algún tipo de contrato de exclusividad o realmente fusionar las dos empresas. Por lo tanto, la ley de competencia tiene que sopesar estas dos consideraciones contra la otra: por un lado, los contratos verticales pueden limitar la competencia, pero, por otro lado, fomentar la innovación. Este tipo de razonamiento ha proporcionado una nueva y sólida base para la legislación y el uso legal en materia de contratos verticales y fusiones.
Por lo tanto, este es un ejemplo más de la misma resultado general: las políticas de competencia deseables varían según el mercado.
Libros
·         Dewatripont, M., Rochet, J. and Tirole, J. (2010) Balancing the Banks: Global Lessons from the
·         Financial Crisis, Princeton University Press
·         Laffont, J-J. and Tirole, J. (1999) Competition in Telecommunications, MIT Press
·         Laffont, J-J. and Tirole, J. (1993) A Theory of Incentives in Procurement and Regulation, MIT Press
·         Tirole, J. (1988) The Theory of Industrial Organization, MIT Press
Lecturas

·         Tirole, J. (2013) Two-sided markets, www.ut-capitole.ubicast.tv/videos/jean-tirole-two-sided-markets- feb-26-2013-part-1/

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