La suba de alquileres por Darío Ezequiel Díaz-estudiante de 5 año de Lic.en Economía-UNaM
Es de conocimiento general el incremento sostenido que están teniendo los alquileres, particularmente en los segmentos de negocios comerciales y de departamentos estudiantiles en la zona céntrica de la ciudad de Posadas.
Para comenzar a analizar este fenómeno en términos netamente económicos, hay que tomar varios puntos.
En primer lugar. La ley del libre juego de la oferta y la demanda es bien clara. Al aumentar la demanda y permanecer constante la oferta en un primer momento, el resultado final es un aumento en el precio de equilibrio y en la cantidad de equilibrio. El incremento de los precios genera un mayor incentivo para aumentar la disponibilidad de viviendas destinadas para el uso de alquileres. Con los incrementos de ambas (la demanda y la oferta), se alcanza el equilibrio mediante aumento en los precios y en la cantidad de equilibrio. El mercado se vacía y ya no existe más escasez.
En el mundo ideal esto se cumpliría. Pero en la realidad particular de este fenómeno hay que ser conciente que la oferta no aumentará puesto que:
1) La mayor parte de la demanda está circunscripta alrededor de un espacio saturado y de pocas dimensiones, por lo que la oferta tiene poca capacidad de acción.
2) La mayor parte de la escasa disponibilidad de terrenos, está siendo utilizada en la actualidad con el fin de construir comercios y viviendas de uso familiar destinadas a la venta, y no al alquiler.
3) Las viviendas potenciales en ingresar al mercado de alquileres actualmente no reúnen las condiciones más ideales para satisfacer la demanda de los consumidores en el sentido de correspondencia precio-calidad-satisfacción.
4) Los mercados inmobiliarios y de alquileres siempre se encuentran afectados por “burbujas” que son causadas por la especulación desenfrenada de los oferentes que muchas veces retiran la oferta del mercado con el fin de aumentar, en el mediano plazo, sus rentas y beneficios.
En segundo lugar. La falta de planificación estatal y privada. La escasa oferta y el incremento en la demanda son cuestiones que se pueden prevenir actuando con anterioridad y planificando acciones y actividades que faciliten el incremento de la oferta. Por parte del gobierno, en el sentido de facilitar la entrega de créditos destinados a la construcción de viviendas y de crear organismos responsables en la ejecución y control de las medidas que incentiven la oferta. Por parte del sector privado, en el saber leer las señales que brinda el mercado y actuar en consecuencia.
En tercer lugar. No es recomendable fijar precios máximos. La teoría económica y la experiencia señalan que si el gobierno establece precios máximos en el mercado de alquileres, esto genera un retroceso de la oferta y un deterioro de la calidad de las viviendas ofrecidas. Disminuye la inversión y los incentivos de producir nuevas viviendas como asimismo de mantener la infraestructura en condiciones adecuadas. El control de precios mediante la fijación de precios máximos disminuye el bienestar de todo el mercado, tanto para los locatarios como para los locadores.
Lamentablemente el incremento de los precios en el mercado de alquileres continuará aumentando año tras año. Existen dos leyes inquebrantables: La ley de Dios y la ley de la economía. Dios es misericordioso y perdona, la economía no. Si no hay, no hay.
Es de conocimiento general el incremento sostenido que están teniendo los alquileres, particularmente en los segmentos de negocios comerciales y de departamentos estudiantiles en la zona céntrica de la ciudad de Posadas.
Para comenzar a analizar este fenómeno en términos netamente económicos, hay que tomar varios puntos.
En primer lugar. La ley del libre juego de la oferta y la demanda es bien clara. Al aumentar la demanda y permanecer constante la oferta en un primer momento, el resultado final es un aumento en el precio de equilibrio y en la cantidad de equilibrio. El incremento de los precios genera un mayor incentivo para aumentar la disponibilidad de viviendas destinadas para el uso de alquileres. Con los incrementos de ambas (la demanda y la oferta), se alcanza el equilibrio mediante aumento en los precios y en la cantidad de equilibrio. El mercado se vacía y ya no existe más escasez.
En el mundo ideal esto se cumpliría. Pero en la realidad particular de este fenómeno hay que ser conciente que la oferta no aumentará puesto que:
1) La mayor parte de la demanda está circunscripta alrededor de un espacio saturado y de pocas dimensiones, por lo que la oferta tiene poca capacidad de acción.
2) La mayor parte de la escasa disponibilidad de terrenos, está siendo utilizada en la actualidad con el fin de construir comercios y viviendas de uso familiar destinadas a la venta, y no al alquiler.
3) Las viviendas potenciales en ingresar al mercado de alquileres actualmente no reúnen las condiciones más ideales para satisfacer la demanda de los consumidores en el sentido de correspondencia precio-calidad-satisfacción.
4) Los mercados inmobiliarios y de alquileres siempre se encuentran afectados por “burbujas” que son causadas por la especulación desenfrenada de los oferentes que muchas veces retiran la oferta del mercado con el fin de aumentar, en el mediano plazo, sus rentas y beneficios.
En segundo lugar. La falta de planificación estatal y privada. La escasa oferta y el incremento en la demanda son cuestiones que se pueden prevenir actuando con anterioridad y planificando acciones y actividades que faciliten el incremento de la oferta. Por parte del gobierno, en el sentido de facilitar la entrega de créditos destinados a la construcción de viviendas y de crear organismos responsables en la ejecución y control de las medidas que incentiven la oferta. Por parte del sector privado, en el saber leer las señales que brinda el mercado y actuar en consecuencia.
En tercer lugar. No es recomendable fijar precios máximos. La teoría económica y la experiencia señalan que si el gobierno establece precios máximos en el mercado de alquileres, esto genera un retroceso de la oferta y un deterioro de la calidad de las viviendas ofrecidas. Disminuye la inversión y los incentivos de producir nuevas viviendas como asimismo de mantener la infraestructura en condiciones adecuadas. El control de precios mediante la fijación de precios máximos disminuye el bienestar de todo el mercado, tanto para los locatarios como para los locadores.
Lamentablemente el incremento de los precios en el mercado de alquileres continuará aumentando año tras año. Existen dos leyes inquebrantables: La ley de Dios y la ley de la economía. Dios es misericordioso y perdona, la economía no. Si no hay, no hay.